sábado, 1 de septiembre de 2012

En Julio me acuerdo que soy peruano


Este post debió ser publicado durante la temporada vacacional pero no salió a la luz por motivos ajenos a mi voluntad.
Empieza el mes de Julio y en la ciudadanía empieza a ornamentar sus viviendas con banderas o guirnaldas alusivas a las fiestas patrias, los escolares y trabajadores (generalmente los oficinistas o vendedores de casas comerciales) lucen sus escarapelas o prendedores en forma de bandera. Asimismo, todos empiezan a acordarse de los héroes de la independencia, recuerdan a algunos íconos de la cultura popular y hasta tratan de aprenderse la nueva estrofa del himno que cantarán con la mano en el pecho (cuando en otros días solo hacen playback) o de La Flor de la Canela (de esta canción tomé el nombre para el blog).
A paso marcial
Recuerdo que era obligatorio el uso de escarapelas en mi colegio, así como era obligatoria la asistencia a la actuación y desfile que se realizaba en el estadio de la institución educativa donde egresé hace unos años. También se hacían las convocatorias para preparar a los batallones para el desfile que organizaba la Municipalidad de Surco en Lima, a mi me seleccionaban por la talla, pero nunca marché: En primer lugar, porque no me gusta, es algo muy castrense y eso no iba conmigo, pese a que el colegio era para los hijos de los miembros de la fuerza aérea peruana. En segundo lugar, porque no sé marchar, admito que soy una persona negada para la expresión corporal, por eso no tengo buena coordinación ojos-manos-pies, que es importante para marchar o para bailar.
Corso en Miraflores
Para los limeños, ya es una tradición que el domingo más próximo al 28 de julio se realiza el corso de fiestas patrias, este evento masivo es realizado por una conocida cadena de supermercados de la ciudad, por lo que muchos limeños y visitantes de otros lugares van a ver el desfile de carros alegóricos, bandas de músicos, el dragón chino, reinas de belleza o  luminarias de la TV local, este corso culmina con un espectáculo de fuegos artificiales que ilumina el cielo de Miraflores. Pude acudir este año, aunque no estaba previsto en mi cronograma de actividades y por la talla que poseo, pude ver sin dificultades; pero opté por no permanecer por mucho rato, ya que llegaba más gente y yo detesto los eventos masivos.
Las aburridas actividades protocolares
El 28 de Julio, no suelo hacer algo especial para conmemorar el día de la independencia, en este año, solo brindé con un poco de pisco con mis familiares y como era domingo, fuimos a misa (tuve que leer la Primera Lectura).
A mi me gusta ver la tele, pero el 28 hay cadena nacional y todos los canales ponen las actividades protocolares de todos los años= Aburrimiento total: Misa y Te Deum, la caminata del Presidente por las calles del centro de Lima, el mensaje presidencial en el Congreso (o sea, un discurso lleno de promesas, cifras y pachotadas )y como un plus, el canal del Estado pone la ceremonia del Besamanos, donde el  Presidente de la República recibe los saludos de los miembros del  Cuerpo Diplomático acreditado en el Perú.
El 29, la sociedad civil prende su televisor o va a la Av. Brasil para ver a los muchachos de las FF.AA y de la PNP. Los niños quieren ver a los cachaquitos  (dícese de los soldados o cualquier efectivo militar), así como a los tanques de guerra que son de la era de la Guerra Fría xD, a las enfermeras con sus capas negras o rojas en el hombro a las bandas de música que tocan marchas militares, a los caballos, al presidente con su insignia y bastón de mando que lo acredita como Jefe Supremo de las FF.AA y por qué no, a la primera dama que en este año no lució su vestido escarapela que fue criticado en el 2011.
Acabaron las actividades
Después de todas las ceremonias cívico-patrióticas (que empiezan el 23 de julio con la celebración del día de la Fuerza Aérea, donde hay exhibiciones de aviones y desfiles), se acaba ese sentimiento nacionalista, guardamos las escarapelas, retiramos las banderas de la casa y volvemos a hacer playback para no cantar el himno. Tendremos que esperar un año más para saber qué cosas nos ofrecerá el Jefe de Estado y ver si ocurre alguna incidencia como un desmayo en la Parada Militar o que una ministra de Estado  pierda un zapato en el patio del Palacio de Gobierno en mi ciudad.


Pronto publicaré una seguidilla de publicaciones para recuperar el tiempo perdido.